Estos procedimientos tienen en común que, a través de diferentes métodos y tecnologías, ajustan la capacidad de enfoque del sistema óptico ocular, que está compuesto principalmente de dos lentes importantes: la córnea (el lente más externo de la superficie ocular) y el cristalino (el lente interno que permite la acomodación y donde se desarrolla la catarata).

Ventajas de la cirugía

Es ambulatoria, es decir que no requiere internación y en unas pocas horas el paciente se encuentra en la comodidad de su hogar.

La anestesia utilizada es tópica, no requiere la aplicación de ningún tipo de inyección, volviéndola una cirugía mínimamente invasiva.

Hasta ahora se pedía al paciente que mirara un punto fijo, pero hoy para evitar movimientos inadvertidos hay un sistema informático que sigue los movimientos del ojo y los coordina con los del láser.

Antes se solía operar un ojo y dar un descanso antes de operar el otro. Con esta técnica no es necesario tapar el ojo después de la operación, y por eso casi siempre se operan los dos en la misma sesión. La cirugía dura diez minutos.

Para recuperar la visión prácticamente total habrá de esperar unas horas más. Varía de una persona a otra, pero al día siguiente la gran mayoría ya no tiene molestias y sí una visión del 90 %. Pueden volver a su trabajo diario e incluso usar el ordenador.

“Nuestra Institución es la única de Río Cuarto y zona que cuenta con aparatología de última generación y profesionales altamente capacitados para realizar este tipo de cirugías”, expresó el doctor Fabián Jaule, director Médico del Centro Jaule Oftalmología. Y recordó la importancia de “realizar los controles oftalmológicos periódicamente. La evaluación y detección precoz de alguna patología es fundamental para el cuidado de la salud visual”.