En ese marco, destacó a Breves Streaming la importancia de complementar “lo nuevo y lo viejo” para sostener el ecosistema productivo de la región, contó cómo se sostiene la empresa tras tantos años de trabajo en la ciudad y adelantó algunos de sus próximos pasos.
En ese sentido, el comerciante de 83 años resaltó la consolidación de la empresa a partir del traspaso generacional hacia sus hijos. “Antes ellos me acompañaban a mí, ahora yo los acompaño a ellos”, afirmó Gentile, quien agregó que “son visiones de distintas épocas que se complementan para alcanzar los mismos objetivos”.
- ¿Cómo surgió y creció la empresa?
- Mi papá era carpintero, y yo arranqué con él después de recibirme de bachiller. En esa época mi padre tenía una de las carpinterías más importantes de Río Cuarto. Lo que a mí me gustaba era la parte comercial y con mi hermano mayor encaramos eso hasta que después de muchos años definimos separarnos cada uno por su lado. Entonces a los 56 años volvimos a empezar con mi señora, un sobrino y un empleado en Sobremonte 1500. Creamos una pyme familiar argentina y con el tiempo nos fue bien y pudimos comprar el predio en la San Martín al 2100 para empezar a hacer el galpón. Desde ahí empezó a desarrollarse toda la empresa, a la cual también se sumaron dos de mis hijos: German y Franco. No cabe duda de que lo nuevo lo entienden ellos y lo viejo lo entiendo yo. Creo que siempre la experiencia hace su aporte para ir equilibrando las cosas que van saliendo.
Al respecto, el empresario dijo que “siempre estamos inventando e incorporando productos nuevos en la empresa”. “Compramos un predio grande pensando también en el futuro y todo lo se puede hacer. Está a la salida hacia Córdoba y hemos dado un paso muy grande para llegar a eso”, contó Gentile.
- Es admirable dar un paso tan importante como el tuyo, en aquel tiempo y después de pasar los 50 años. ¿Hay una edad para emprender?
- No, no, y no. Es como vos decís. A los 56 años ya estaba más cerca de la jubilación y de nuevo arrancar de cero fue una gran decisión. Es una forma de ser. Son desafíos que indefectiblemente te presenta la vida. Hoy de jubilación todavía ni se habla.
Finalmente, el comerciante destacó la importancia entre lo público y lo privado para mantener las condiciones previsibles de producción y comercialización. “Yo creo que emprendedor se nace y se hace. Es como una inquietud que tenés adentro que no para nunca y no te deja quedarte quieto. El apoyo del Estado es fundamental para mantener viva esa llama. La verdad que estoy muy feliz y si tengo que empezar de nuevo, arrancaría con lo mismo”, aseguró Gentile.