El inicio de 2025 no trajo buenas noticias para el sector del consumo masivo. Durante enero, las ventas en supermercados y autoservicios cayeron un 10,6%, continuando la tendencia negativa del año anterior, que finalizó con una contracción del 13,9% en 2024. Aunque la desaceleración en la caída fue evidente, las cifras siguen siendo preocupantes, según el informe mensual de la consultora Scentia.

Los comercios de barrio se llevaron la peor parte. Mientras que los supermercados registraron una baja del 7,2% en las ventas, los autoservicios independientes enfrentaron una caída mucho más abrupta del 13,5%. Este comportamiento se reflejó de manera más intensa en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde la caída en los comercios de barrio fue del 17,1%, comparado con el 11,6% registrado en el interior del país.

Este desempeño desigual entre las grandes cadenas y los comercios barriales no es una novedad. Las grandes cadenas suelen tener mayores márgenes de negociación con proveedores, lo que les permite ofrecer mejores precios, promociones y acuerdos con entidades financieras y billeteras virtuales. A lo largo del segundo semestre de 2024, se intensificaron las ofertas y descuentos, con rebajas de hasta un 30% sin tope de reintegro, lo que atrajo a los consumidores hacia los supermercados y alejó a los pequeños comercios.

En cuanto a la comparación intermensual, enero mostró una caída del 11% respecto de diciembre. No obstante, es habitual que las ventas de enero sean más bajas debido al pico estacional que representan las fiestas de fin de año. Esta caída, por lo tanto, no refleja necesariamente una tendencia más allá de la estacionalidad.

Al analizar las categorías de productos, todas mostraron caídas interanuales, con las bebidas alcohólicas (-19,3%) y los productos impulsivos (-17,4%) como los más golpeados. Sin embargo, hubo algunas excepciones en las grandes cadenas: los productos de limpieza para el hogar y la ropa crecieron un 3,2%, los perecederos subieron un 2,7% y la alimentación registró un leve incremento del 0,1%. A pesar de estas cifras, las bebidas, tanto con alcohol (-21%) como sin alcohol (-14,4%), y los productos impulsivos (-14,3%) se mantuvieron entre los más afectados.

El informe de Scentia también destacó que la diferencia de precios entre supermercados y autoservicios se mantuvo alta. En diciembre de 2024, el precio de los mismos productos en supermercados era un 23% más bajo que en los comercios de barrio. Este diferencial de precios ha sido determinante para que los consumidores prefieran realizar sus compras en las grandes superficies.

A pesar de este panorama, desde Scentia señalan que la brecha entre ingresos y precios sigue siendo amplia, lo que complica una recuperación a corto plazo. Aunque los salarios muestran una leve recuperación, el desfase entre ingresos e inflación, que alcanzó casi 30 puntos entre 2023 y el primer semestre de 2024, seguirá afectando el poder adquisitivo durante varios meses más. Se espera que recién en abril o mayo comiencen a observarse signos de una mejora sostenida en el consumo, y que el año cierre con un leve crecimiento del 3% en las unidades vendidas de alimentos, bebidas y artículos de limpieza y cosmética, en comparación con 2024.

La proyección para el primer trimestre de 2025 es que el consumo masivo continuará con caídas interanuales, mientras el mercado sigue lidiando con los efectos de la inflación y el ajuste en los precios. Las expectativas están puestas en una recuperación gradual a medida que los precios se estabilicen y las promociones continúen atrayendo a los consumidores hacia las grandes cadenas.

Desde el sector, los pequeños comerciantes señalan la necesidad de estrategias más agresivas para competir con los descuentos ofrecidos por los supermercados. La recuperación económica se presenta lenta, y aunque se esperan mejoras en el horizonte, la realidad para muchos negocios barriales sigue siendo complicada.