En el marco de una conversación que transitó distintos temas vinculados al desarrollo de Río Cuarto y el presente del país, Gustavo Perlo se detuvo a reflexionar sobre uno de los valores más discutidos de los últimos años: la cultura del trabajo.

Durante la entrevista en Breves Streaming, el concejal de Hacemos Unidos por Río Cuarto reconoció que algo ha cambiado en la relación de la sociedad con el esfuerzo sostenido. “No sé si la perdimos, pero le damos menos peso que lo que se le daba antes”, señaló. Y agregó: “La cultura del trabajo está debilitada, pero no se ha perdido”.

En su análisis, Perlo recordó el esfuerzo de generaciones anteriores que lograron levantar familias y proyectos con muy pocos recursos. “Nuestros abuelos vinieron con esa cultura, con poco hicieron mucho. Y así levantaron un país”, expresó. Esa comparación sirvió como punto de partida para repensar los hábitos actuales, los incentivos sociales y las condiciones estructurales que hoy desmotivan a muchas personas, especialmente jóvenes, a vincularse con el trabajo como una forma de realización personal y comunitaria.

El concejal aclaró que no se trata de responsabilizar a las personas, sino de mirar el contexto general. “Hoy la realidad es más compleja, la informalidad laboral es muy alta, hay mucha incertidumbre, cuesta sostener el empleo, cuesta progresar. Entonces, la cultura del trabajo también se resiente”, explicó.

En ese sentido, subrayó que uno de los grandes desafíos del Estado es recrear condiciones para que el esfuerzo tenga sentido. “Cuando no hay recompensa, cuando el que trabaja gana igual o menos que el que no trabaja, se genera un mensaje contradictorio que termina afectando ese valor”, dijo Perlo.

El concejal planteó que es urgente devolverle sentido a la lógica del mérito, pero con políticas públicas que garanticen condiciones reales de inclusión. “No se trata de decir ‘hay que trabajar’ y listo. Hay que generar oportunidades concretas, condiciones dignas, previsibilidad. Si no, no hay cultura del trabajo que aguante”, afirmó.

También se refirió al fenómeno migratorio de jóvenes capacitados que buscan mejores condiciones fuera del país. “Tenemos gente muy formada, con talento, que se va a otros países porque allá se valora su esfuerzo. Eso nos tiene que hacer pensar. ¿Por qué no podemos ofrecer eso acá?”, se preguntó.

A lo largo de la charla, Perlo insistió en que la recuperación de la cultura del trabajo debe ser una construcción colectiva. “No es responsabilidad de un sector. Tiene que ver con la educación, con los empresarios, con el Estado, con la comunicación. Es algo que nos atraviesa a todos”, indicó.

En su experiencia como empresario y ahora como concejal, reconoció que no es fácil mantener el compromiso cuando no se ve horizonte. “Yo lo vivo también. Uno quiere invertir, generar empleo, pero muchas veces las reglas cambian y se complica. Hay que volver a generar confianza”, dijo.

Para Perlo, la clave está en la estabilidad. “Los países que funcionan bien no son los que tienen más recursos, sino los que tienen reglas claras. Nosotros tenemos potencial, tenemos gente, pero nos falta orden”, resumió.

Al cierre del bloque, Perlo retomó una anécdota que había contado minutos antes en la entrevista: el contraste entre las viejas cosechadoras que usaban sus tíos en el campo, y la maquinaria de última generación que vio en las rutas camino a Moldes. “Imaginate si nuestros abuelos, con lo poco que tenían, levantaron lo que levantaron. Con la tecnología que hay hoy podríamos hacer muchísimo más. Pero hay que recuperar el sentido del esfuerzo y la visión a largo plazo”, concluyó.