El dato de inflación de octubre marcó un respiro tras años de incrementos acelerados, con una suba mensual de 2,7%. Este porcentaje representó el nivel más bajo de inflación en casi tres años y generó expectativas sobre si la tendencia continuará en noviembre. Según diversas consultoras privadas, se proyecta que la inflación para este mes se mantendría en torno a ese nivel, aunque levemente superior debido a varios factores como ajustes en tarifas de servicios públicos, combustibles y prepagas.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado mostró una suba interanual del 193%, acumulando un aumento del 107% en lo que va del año. Los sectores que más contribuyeron al alza fueron Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, que subieron un 5,4%, seguido por Prendas de Vestir y Calzado (4,4%), Restaurantes y Hoteles (4,3%), Salud (3,6%) y Educación (3,5%). Estos incrementos, además de reflejar las alzas estacionales, también son consecuencia de ajustes programados en tarifas y precios regulados, como en el caso de la energía y las prepagas.

El comportamiento de los precios en la Ciudad de Buenos Aires fue similar, aunque con un aumento ligeramente mayor del 3,2%. Las alzas en Vivienda, Restaurantes y Alimentos y Bebidas explicaron el 62,7% del incremento en el Nivel General de precios en la capital. En términos interanuales, la inflación en Buenos Aires alcanzó el 200,9%, mientras que el acumulado en los primeros diez meses de 2024 llegó al 122,1%.

De acuerdo con las estimaciones de varias consultoras, se espera que la inflación en noviembre ronde entre el 2,7% y el 3,2%. Analytica y LCG, que realizan un seguimiento de precios de alimentos y bebidas, proyectaron subas cercanas al 2,7%, en línea con el promedio mensual observado en las últimas cuatro semanas. Por otro lado, EcoGo calculó que la inflación alimentaria podría ser del 3% este mes, considerando los incrementos tanto dentro como fuera del hogar.

El aumento en los precios regulados, como las tarifas de luz y gas (2,5% y 2,7% respectivamente), los combustibles (2,8%) y las prepagas (con un alza promedio del 5%), contribuyen al ajuste inflacionario esperado. Además, se proyectan subas en los colegios privados, particularmente en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, donde los incrementos serán de 4,5% y 3,6% respectivamente.

Además de los precios regulados, los factores estacionales juegan un papel importante en la aceleración de los precios de noviembre. El Cyber Monday, que impulsó el consumo de ciertos bienes, y el inicio de las vacaciones de verano, que tienden a generar incrementos en sectores vinculados al turismo y el ocio, han contribuido a una aceleración de la inflación en la primera semana del mes. Según EcoGo, los precios estacionales crecieron un 7,3%, lo que presionó al alza el índice general.

A pesar de esto, algunas consultoras, como Equilibra, señalaron que el descenso en los precios de la ropa y la estabilidad de los precios alimentarios podrían moderar el impacto de estos aumentos estacionales. Equilibra proyectó que la inflación de noviembre será del 2,8%, mientras que Orlando J. Ferreres & Asociados la estima en 2,5%, siendo la más conservadora entre las consultoras.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), realizado por el Banco Central, ajustó sus proyecciones a la baja, anticipando una inflación del 2,9% para noviembre. Este ajuste refleja el optimismo de algunos analistas sobre la posibilidad de que la desaceleración observada en octubre continúe, aunque advierten sobre los riesgos de nuevos aumentos en precios regulados que podrían contrarrestar esta tendencia.

Desde Libertad y Progreso también proyectaron una inflación del 3%, en parte por el "efecto arrastre" que dejaron las subas en alimentos hacia el final de octubre. Este fenómeno, sumado a las actualizaciones de tarifas y combustibles, explicaría por qué la inflación podría superar levemente el nivel de octubre.

Aunque las expectativas apuntan a que la inflación de noviembre no experimentará grandes saltos, los ajustes en los precios regulados y factores estacionales seguirán siendo los principales motores de la dinámica inflacionaria. La pregunta que persiste es si la desaceleración será suficiente para sostener un nivel inflacionario más moderado en los meses venideros o si habrá nuevos factores que vuelvan a acelerar el ritmo de subas.