El análisis de la canasta navideña para 2024 muestra un incremento del 80% anual, un porcentaje que, aunque elevado, representa una suba menor comparada con la de los últimos años. Según el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), la canasta navideña, compuesta por siete productos esenciales, alcanzó un costo total de $18.746,30, comparado con los $10.300 del año pasado.

El informe, basado en un relevamiento de precios en 158 supermercados de grandes cadenas y 336 autoservicios de proximidad en ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y otras, destacó que algunos productos navideños claves quedaron por debajo de la inflación acumulada. Sin embargo, varios otros aumentaron a la par del índice general de precios, que este año superó el 120%.

Los productos con mayores incrementos

El pan dulce con frutas, uno de los productos más tradicionales de las fiestas, encabezó la lista de los artículos con mayores subas, registrando un incremento del 121,47%. Le siguió el turrón semiblando, cuyo precio subió un 99,52%, y el budín con chips de chocolate, que aumentó un 74,05%. A pesar de estos incrementos, la variación promedio de los siete productos esenciales de la canasta navideña fue menor a la esperada.

Una suba más moderada en comparación con años anteriores

Miguel Calvete, director del INDECOM, destacó que la suba de precios de este año fue un 27,1% menor que la registrada entre 2022 y 2023, cuando los precios de la canasta navideña habían aumentado un 107%. “Este año, el incremento, aunque significativo, fue menor en comparación con los años anteriores. Hay productos que experimentaron fuertes alzas, pero el promedio de los siete artículos básicos subió a un ritmo más moderado”, explicó Calvete.

El estudio de INDECOM también reveló que la compra de cajas navideñas, que agrupan varios de los productos tradicionales en diferentes presentaciones, se presentó este año como una opción más accesible para las familias argentinas. Estas cajas permiten adquirir varios productos a un precio más reducido en comparación con la compra individual, lo que las convirtió en una alternativa de consumo más popular en un contexto de ajuste económico.

La inflación y el consumo masivo

El aumento de precios de la canasta navideña se encuentra en un marco inflacionario que afecta a todos los sectores del consumo masivo. Durante el año, muchos productos básicos han experimentado subas significativas, por lo que los incrementos en los productos de la canasta navideña no sorprenden. Sin embargo, lo que llama la atención es que, en esta ocasión, los precios de varios productos festivos se mantuvieron por debajo del índice inflacionario general.

De acuerdo con los datos del INDECOM, esta diferencia puede atribuirse a la menor demanda de ciertos productos, ya que muchos consumidores optaron por alternativas más económicas o directamente decidieron prescindir de algunos de los productos tradicionales. Esto pudo haber influido en la decisión de las grandes cadenas de supermercados de moderar los precios para incentivar el consumo en un año marcado por la caída del poder adquisitivo.

Expectativas para las fiestas

A medida que se acercan las fiestas de fin de año, los consumidores están atentos a las fluctuaciones de precios en los productos navideños. A pesar de las subas, las expectativas para las ventas en diciembre son optimistas, ya que muchos comercios han lanzado promociones y descuentos especiales para atraer a los compradores. Sin embargo, la desaceleración en el ritmo de los aumentos en la canasta navideña ofrece un respiro frente al contexto de alta inflación.

Los consumidores que buscan opciones más económicas también pueden aprovechar las promociones en productos locales o de menor reconocimiento de marca, que en muchos casos ofrecen precios más competitivos sin sacrificar la calidad.

Con la inflación aún presente y el poder adquisitivo afectado, la decisión de compra para estas fiestas se basa en la búsqueda de equilibrio entre tradición y costos. Aunque algunos precios han aumentado considerablemente, las familias argentinas siguen priorizando mantener las costumbres navideñas, adaptándose a las condiciones económicas.