El consumo masivo en Argentina continúa enfrentando un panorama complejo, sumando en marzo un descenso interanual del 5,4%. Este indicador, elaborado por la consultora Scentia, revela una tendencia sostenida a la baja durante los últimos 16 meses, reflejando los desafíos económicos que enfrentan los hogares argentinos. Las cifras del primer trimestre del año son contundentes: una contracción acumulada del 8,6%.
El análisis de Scentia destaca que la comparación con marzo del año pasado, un mes marcado por las festividades de Pascua, incide en los resultados, ya que este año dichas celebraciones se trasladaron a abril. Sin embargo, la caída abarca múltiples canales de venta. Los supermercados mostraron una disminución del 7,1%, mientras que los autoservicios retrocedieron un 3,7%.
En un entorno mayoritariamente desafiante, algunas categorías presentan leves mejoras. Por ejemplo, el consumo de alimentos creció un 0,5% interanual, mientras que los productos perecederos avanzaron un 1,2%. Por el contrario, las bebidas alcohólicas y no alcohólicas registraron caídas de 18% y 16%, respectivamente. Higiene y cosmética disminuyó un 3,3%, y limpieza de ropa y hogar bajó un 2%. Estas variaciones reflejan ajustes en los patrones de consumo ante el cambio en las prioridades de gasto de los hogares.
A pesar de estas dinámicas, la inflación sigue siendo un factor crítico. Marzo cerró con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 3,7%, acumulando un aumento interanual del 55,9%. Además, los recientes cambios en el régimen cambiario anunciados por el Gobierno, con bandas establecidas entre $1.000 y $1.400 por dólar, podrían acelerar los precios en el corto plazo. Esto ya se refleja en listas de precios de supermercados, donde los incrementos alcanzan el 9%.
Desde el punto de vista estructural, el consumo masivo se ve impactado por la creciente proporción del gasto destinado a servicios públicos y vivienda. Este cambio en las prioridades de los hogares limita el crecimiento de otras categorías, afectando la estabilidad del sector.
La consultora Analytica estima que abril podría cerrar con un IPC cercano al 5%, mientras que bancos internacionales advierten sobre la presión inflacionaria derivada de las recientes medidas cambiarias. Según expertos como Damián Di Pace, el comportamiento del mercado en las próximas semanas será clave para determinar el rumbo del consumo masivo y los ajustes de precios en góndola.
En este contexto, es evidente que los ingresos salariales desempeñan un papel crucial en el dinamismo del consumo. Las familias parecen priorizar la reposición de bienes esenciales, adoptando un enfoque más conservador en sus decisiones de compra.
El consumo masivo sigue siendo un reflejo directo de la realidad económica y social de Argentina. A pesar de leves signos de recuperación en ciertos rubros, la inflación y las restricciones en el poder adquisitivo continúan imponiendo desafíos significativos. El futuro inmediato dependerá de la estabilidad del tipo de cambio y de políticas económicas que promuevan un equilibrio más favorable para los hogares.