El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un incremento del 2,7% en junio, un dato que contrasta con el aumento del 4,6% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el mismo período. Este comportamiento del IPIM refleja una dinámica diferente en los precios mayoristas comparado con los precios al consumidor.

Al cierre del primer semestre, los precios mayoristas mostraron un incremento acumulado del 50,5%, alcanzando una suba del 284,4% en los últimos doce meses. La variación mensual de junio se desglosa en un aumento del 2,2% en los productos importados y un 2,7% en los productos nacionales.

Entre los productos nacionales, la energía eléctrica destacó con una suba del 18,8%. Este aumento está ligado a la aprobación por parte del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) de un incremento tarifario a partir del 1 de junio para las distribuidoras Edenor y Edesur, como parte de sus revisiones tarifarias integrales.

Además de la energía eléctrica, otros insumos también mostraron variaciones significativas. En los productos primarios, el “petróleo crudo y gas” registró un aumento del 5,2%. Entre los productos manufacturados, el sector de “cuero, artículos de marroquinería y calzado” experimentó una suba del 3,8%, aunque el rubro de “productos de caucho y plástico” presentó una baja del 0,4%.

A largo plazo, las tendencias de aumento en los precios son más pronunciadas. En los últimos doce meses, el “petróleo crudo y gas” subió un 331,4% en el mercado mayorista. De manera similar, los “productos refinados del petróleo” se destacaron con un aumento del 393,8%.

Estas subas de precios continúan impactando tanto a consumidores como a productores. La energía eléctrica y el petróleo, insumos clave para diversos sectores económicos, presentan desafíos constantes. La tendencia al alza en estos costos mayoristas indica que la presión sobre los precios minoristas podría continuar en el futuro cercano.

Las variaciones de precios también reflejan ajustes y revisiones tarifarias en sectores regulados, como el caso de las tarifas eléctricas aprobadas por el ENRE. Estos incrementos, aunque necesarios para el equilibrio económico de las empresas distribuidoras, repercuten en los costos de producción y, eventualmente, en los precios finales al consumidor.

En resumen, el comportamiento del IPIM en junio subraya la importancia de monitorear las variaciones en los precios mayoristas, especialmente en sectores estratégicos como la energía y el petróleo. Estos aumentos, aunque menores en comparación con el IPC, reflejan una dinámica compleja que afecta la cadena de valor en múltiples niveles de la economía.