La Sociedad Italiana de Río Cuarto cumple 150 años y, por primera vez, una mujer ocupa la presidencia. Claudia Mugnaini asumió este rol con el respaldo de una historia familiar profundamente ligada a la institución y el compromiso de abrir nuevas etapas.

“Es la primera vez que una mujer ocupa el cargo de presidenta”, expresó durante una entrevista en la mesa de Breves Streaming, destacando la relevancia simbólica y concreta de este hecho en una organización históricamente conducida por hombres. “Siempre ha estado conformada por varones”, explicó, aunque reconoció que en los últimos años algunas mujeres comenzaron a integrarse a la comisión directiva.

Su ingreso a la vida institucional comenzó hace seis años, cuando fue convocada para participar. Desde entonces, se involucró activamente hasta ser elegida para encabezar la nueva comisión. “Empecé a trabajar y de alguna manera parecería que estoy haciendo historia”, sostuvo.

Su compromiso no es nuevo. Forma parte de una familia con fuerte presencia en la Sociedad. “Mi abuelo fue tesorero muchos años. Estuvo siempre en la comisión. Después mi papá entró muy jovencito y también fue presidente”, recordó. Esa herencia la conectó desde pequeña con el quehacer institucional: “Me acuerdo que me dormía en las sillas duras mientras las esposas de los miembros preparaban empanadas y servían las mesas. Era chica, me llevaba mi mamá”.

El paso por el club, las reuniones, los vínculos familiares y el aprendizaje de la lengua y cultura italiana, marcaron su crecimiento personal y también su manera de ver el trabajo colectivo. “Fui a italiano desde chica. Estudié hasta el primer año del profesorado, aunque después seguí danzas para poder recibirme. Pero lo que aprendí no me lo olvidé más”, comentó.

Mugnaini valora el espacio de las instituciones como fundamentales para el tejido social. “Aprendimos que la familia y las instituciones son pilares de la sociedad”, afirmó, y agregó que el desafío hoy es “dedicar tiempo, porque no es fácil en una sociedad cada vez más individualista”.

En ese sentido, subrayó que la labor es ad honorem, sostenida por voluntad y sentido de pertenencia: “Uno dedica tiempo de su vida familiar y de trabajo a la institución. Pero si no las preservamos, se pierden esos espacios de encuentro”.

Por eso, asumió la responsabilidad con una mirada amplia, que reconoce lo hecho pero también se proyecta hacia adelante. “Me parece importante sumar mujeres, porque la mujer tiene su lado creativo, es el complemento”, dijo.

La nueva comisión incluye miembros con larga trayectoria, otros con 10 o 15 años de participación, y nuevas incorporaciones. Mugnaini destacó que se trata de un grupo cohesionado y comprometido.

“Hay gente que incluso quedó afuera de la comisión porque el número está limitado a veinte, pero que igual se sumó a trabajar desde afuera. Me dijeron: ‘Contá conmigo, yo puedo aportar esto y esto’. Eso también forma parte de un equipo”, explicó.

La participación de jóvenes también es un eje a fomentar. “Queremos sumar a los hijos de los socios, que empiecen a participar con sus padres. Muchos son hijos de expresidentes o exmiembros de comisión”, dijo.

La Sociedad Italiana, enfatizó Mugnaini, está abierta a toda la comunidad. “A veces preguntan si es sólo para la colectividad italiana. No. Es una institución de puertas abiertas”, afirmó.

En este nuevo período, el enfoque está puesto en generar espacios colectivos, sostener el vínculo intergeneracional y fortalecer el sentido de pertenencia. “La institución forma parte de mi historia, pero también de la historia de la ciudad. Hay que seguir sosteniéndola”, concluyó.