En Río Cuarto hay terrenos disponibles para la industria, pero eso no basta. Así lo afirman desde la Cámara de Industriales y Metalúrgicos, donde insisten en que atraer inversiones requiere mucho más que suelo: hace falta un entramado productivo sólido que combine infraestructura, formación, servicios y articulación institucional.

“Una empresa que viene a radicarse necesita mucho más que un lote. Requiere mano de obra calificada, capacidad eléctrica, logística, conectividad. Si no tenemos todo eso, no hay desarrollo posible”, expresó Ricardo Gianni, gerente de la Cámara, durante una entrevista en Breves Streaming.

El análisis surge a partir de las dificultades que enfrenta la ciudad para consolidarse como polo industrial. A pesar de contar con más de 500 industrias instaladas, la percepción sobre Río Cuarto sigue siendo la de una ciudad que no se reconoce plenamente como productiva. Para Gianni, el debate debe salir del plano simbólico y traducirse en acciones concretas. “Si no estamos en condiciones de brindar ese conjunto de cosas, terminamos expulsando a la industria”, advirtió.

A modo de respuesta a esta situación, el 30 de mayo se llevará a cabo el evento “Marca de Origen”, impulsado por la Cámara. Será una noche abierta a toda la comunidad, con cena, networking, experiencias innovadoras y una puesta escénica con tecnología inmersiva. El objetivo es visibilizar la industria local y facilitar el encuentro entre quienes forman parte de la cadena productiva, muchas veces sin conocerse entre sí.

“Descubrimos que la industria de la carne no se conecta con la metalúrgica, ni con la del software. Salimos a buscar soluciones en otras provincias sin saber que las tenemos acá”, explicó Gianni. En ese sentido, considera que los modelos gremiales tradicionales ya no alcanzan. “Tenemos que generar redes colaborativas. Hoy el trabajo asociativo es lo que permite que el ecosistema industrial crezca”, afirmó.

Juan Príncipe, empresario del sector y también integrante de la Cámara, reforzó esta idea desde su experiencia concreta. “Muchas veces el servicio que necesitamos lo buscamos fuera de la ciudad, sin saber que está a la vuelta de la esquina. Río Cuarto tiene el potencial, pero hay que vincularse”, dijo. Para él, lo que falta no es capacidad, sino conexión.

La formación de recursos humanos es otro eje fundamental para consolidar ese tejido productivo. Desde la Cámara están promoviendo capacitaciones específicas, como cursos de soldadura, para responder a una demanda concreta de operarios calificados. “Nos falta gente que pueda resolver problemas técnicos en áreas clave, como mantenimiento. Y eso no se soluciona con educación tradicional únicamente”, explicó Príncipe.

La articulación con la universidad pública y los colegios técnicos es parte del camino. “La universidad se está abriendo a trabajar con el sector privado, y eso es muy importante”, destacó Gianni. También valoró que las carreras de pregrado y los trayectos cortos permitan una inserción laboral más ágil para los jóvenes.

El contexto económico actual plantea desafíos. La incertidumbre, reconocen ambos referentes, dificulta la planificación y la inversión. Sin embargo, el optimismo se mantiene. “El industrial de Río Cuarto va contra todo pronóstico. Se cae, se levanta, y vuelve a apostar”, aseguró Príncipe. Señaló que la campaña manicera es buena, y que, si se estabilizan algunas variables, habrá margen para el crecimiento.

Gianni también remarcó que el sector privado no puede avanzar solo. “Se necesita que todos los actores tengan los mismos incentivos. Si la cancha está inclinada, el que quiere invertir se va a otro lado”, sostuvo. Por eso, valoró el diálogo con el Estado y con la universidad, aunque insistió en que todavía falta generar condiciones estructurales.

“Las inversiones llegan donde hay previsibilidad, pero también donde hay comunidad, redes, sentido de pertenencia”, dijo. En ese marco, el evento Marca de Origen busca no solo celebrar lo que se hace en la ciudad, sino construir vínculos reales. “Queremos que el industrial vea al otro, que interactúe, que no sea una noche de gala acartonada. Queremos que se hable, que se compartan experiencias”, explicó.

La Cámara plantea que sin industria no hay empleo genuino. Y sin empleo, no hay desarrollo social. Por eso, el debate sobre el tejido productivo es también una discusión sobre el futuro de la ciudad. “Necesitamos pensar qué producimos, cómo lo hacemos, y cómo damos valor a lo que hacemos”, cerró Gianni.