El regreso del Rally Cordobés a Río Cuarto no solo fue un espectáculo deportivo, sino también un verdadero impulso económico para la ciudad. Así lo revela el informe del Observatorio Turístico del Gobierno local, que registró un movimiento económico superior a los 574 millones de pesos durante el fin de semana en que se disputó la competencia.
Entre el jueves 27 y el sábado 29 de junio, la ciudad y la región vivieron tres jornadas intensas de actividad, en las que se alojaron 1.955 turistas provenientes de distintos puntos de la provincia y del país. El promedio de permanencia fue de tres días, lo que permitió una estadía significativa tanto en hoteles como en comercios y servicios locales.
El gasto diario promedio por persona fue de 98.000 pesos, lo que lleva el cálculo total de cada visitante a unos 294.000 pesos durante toda su estadía. Multiplicando esa cifra por la cantidad total de turistas, se arriba a un estimado de 574 millones de pesos volcados directamente a la economía del Gran Río Cuarto.
Los rubros más beneficiados fueron la hotelería, la gastronomía, los comercios de cercanía, estaciones de servicio, servicios de transporte y actividades recreativas. Según se pudo conocer, los alojamientos habilitados tuvieron un promedio de ocupación del 85%, una cifra que refleja el alto nivel de demanda generado por el evento.
Este tipo de competencias no solo atraen público específico ligado al automovilismo, sino también familias completas que se trasladan para vivir el evento y disfrutar del entorno. Eso genera un impacto transversal que favorece distintos sectores de la economía local, desde la venta de alimentos hasta el alquiler de vehículos y la contratación de servicios de comunicación y logística.
El Rally Cordobés se desarrolló en tramos que incluyeron caminos rurales, sectores urbanos y paisajes del sur provincial, lo que también permitió visibilizar zonas productivas y de valor turístico que habitualmente no forman parte del circuito convencional. Esta combinación entre deporte, naturaleza y economía representa un modelo de aprovechamiento regional que puede proyectarse a otras actividades similares.
Para muchos comerciantes del centro y barrios periféricos, el fin de semana del rally fue uno de los más activos del año. Algunos locales gastronómicos trabajaron con reservas anticipadas y extensión de horarios. También hubo movimiento en ferias, plazas y circuitos culturales que los visitantes aprovecharon durante sus tiempos libres.
El informe del Observatorio destaca además el rol que tuvo la coordinación institucional para que el evento se desarrollara sin inconvenientes. Las áreas de tránsito, seguridad, turismo y deporte trabajaron de manera conjunta, con apoyo de organismos provinciales y federaciones automovilísticas, lo que permitió garantizar tanto la seguridad vial como la organización en cada etapa del recorrido.
Además del efecto económico inmediato, estos eventos permiten posicionar a Río Cuarto como sede de competencias de alto nivel, con infraestructura adecuada y capacidad de respuesta. Esa visibilidad puede traducirse en futuras oportunidades tanto deportivas como turísticas y comerciales.
Desde el Gobierno local, el balance fue considerado muy positivo, y se remarcó la importancia de seguir apostando a este tipo de iniciativas como parte de una estrategia integral de desarrollo. “El movimiento generado no solo se mide en dinero, sino también en la ocupación plena de nuestros espacios, en el trabajo para nuestra gente y en la proyección futura que esto abre”, señalaron desde el área de Turismo.
El Rally Cordobés ya había visitado Río Cuarto en otras ocasiones, pero este regreso marcó un salto en cuanto a organización, impacto y participación. Las condiciones climáticas fueron favorables y permitieron que el desarrollo de cada tramo se cumpliera con normalidad, sin necesidad de reprogramaciones ni alteraciones al cronograma original.
El entusiasmo del público también fue un dato relevante. Las zonas habilitadas para espectadores estuvieron colmadas, y se notó una presencia importante de familias, grupos de amigos y fanáticos del automovilismo que no solo siguieron las competencias, sino que también disfrutaron de propuestas complementarias organizadas en distintos espacios públicos de la ciudad.
El desafío hacia adelante será sostener este tipo de iniciativas con continuidad y planificación. En ese sentido, desde la organización se trabaja ya en la posibilidad de que Río Cuarto vuelva a ser sede el próximo año, incluso con la chance de integrar nuevas categorías o sumar más días de competencia para ampliar aún más el impacto.
Por ahora, el dato que queda es contundente: en solo tres días, la ciudad recibió casi dos mil visitantes y movió más de 574 millones de pesos, confirmando que el deporte motor también puede ser una herramienta clave para la economía local.