Roberto Bertucci, presidente de la empresa Jumala, trazó un panorama crítico sobre el desempeño económico del último año y las perspectivas para el 2026. En diálogo con Breves, sostuvo que las pymes atraviesan un momento límite y reclamó medidas inmediatas para evitar cierres en distintos rubros de la industria alimenticia.
El empresario señaló que el 2025 “fue un año muy difícil”, marcado por una caída constante del consumo. Explicó que la necesidad de adecuarse a los cambios del mercado implicó reorganizar procesos internos y alcanzar acuerdos con el personal. “Readaptarse en nuestro caso significó arreglos con 15 personas, todas con retiros. Eso dejó a la empresa muy descalzada”, describió.
Bertucci remarcó que la demora en las iniciativas oficiales vinculadas a lo laboral, lo impositivo y los incentivos previstos para las pymes profundiza la incertidumbre. “Las reformas están demorando mucho y esto es urgente, es cuestión del día a día”, afirmó.
Uno de los principales problemas que enfrentan es el aumento del costo de los insumos esenciales. Tomó como ejemplo el caso del azúcar, cuyo precio —según detalló— subió de 22 mil a 32 mil pesos en apenas diez días. “Y aún así no te venden. La tienen acopiada. Si no tenemos azúcar, directamente tenemos que cerrar las puertas”, explicó. Recordó que gran parte de la producción de la empresa depende de ese insumo y que la situación afecta también la relación con sus clientes: “Muchos de nuestros productos llevan azúcar”.
Para el empresario, el Estado debería intervenir con alternativas rápidas para garantizar abastecimiento. “Un tren de azúcar de Brasil resolvería el problema”, expresó, aludiendo a los valores más bajos en ese mercado.
La situación interna de la compañía también está atravesada por cuestiones administrativas y judiciales. “Tenemos apremios, embargos y verificaciones constantes. Es una presión que viene de AFIP, de los gremios, de la provincia y de la municipalidad”, enumeró. En esa línea, cuestionó la falta de criterios en algunos procesos laborales y señaló que muchas empresas enfrentan montos imposibles de afrontar. “Hay empresas que han tenido que cerrar por pagar un subsidio de 70, 100 o 200 millones”, comentó.
Al proyectar el próximo año, Bertucci anticipó un escenario complejo si no aparece una reactivación clara. “Prácticamente no hay expectativas”, dijo, aunque reconoció que el sistema previo tampoco funcionaba. “Lo que había era un caos. Se ayudaba a los amigos del poder. En pandemia había repros, pero a nosotros no nos dieron uno”.
El empresario mencionó que la estructura de costos en Argentina es otro factor que frena la recuperación. Comparó los precios actuales de los vehículos con los de décadas pasadas para ilustrar la carga impositiva y los márgenes de ganancia en distintos sectores. “No puede ser que un auto de entrada de gama cueste 20 o 30 mil dólares”, señaló. Aseguró que una apertura comercial podría modificar ese panorama, aunque implicaría un proceso de transición exigente: “El cambio va a ser durísimo”.
Bertucci cerró con un mensaje dirigido al ámbito político y judicial, reclamando decisiones ágiles y una mirada más cercana a la realidad de las pymes. “Necesitamos cambios ya, porque si no vamos a cerrar todos”, concluyó.