En abril, las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas registraron un crecimiento interanual del 3,7%, según datos relevados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Sin embargo, al mirar la comparación mensual desestacionalizada, la actividad comercial mostró una contracción del 1,8% respecto de marzo, lo que encendió señales de alerta en el sector.
El dato mensual refleja un freno en el impulso que venía mostrando el comercio pyme en los primeros meses del año. A pesar del resultado positivo del acumulado del primer cuatrimestre, que exhibe una suba del 14,9%, la realidad de abril fue menos alentadora cuando se analiza en el corto plazo.
El informe señala que los comercios atravesaron un escenario complejo durante abril, con márgenes ajustados y gastos que no aflojan. Los empresarios indicaron que el alto costo de los servicios públicos, los impuestos y los alquileres condicionaron la rentabilidad. Además, el poder adquisitivo del consumidor siguió siendo bajo, lo que limitó el volumen de ventas. En muchos casos, las operaciones se redujeron a lo indispensable.
Pese a ese panorama, todos los rubros relevados mostraron subas interanuales en sus ventas. Perfumería encabezó el ranking con un alza del 9,1%, seguida por Alimentos y bebidas, que subió un 6,3%. En el acumulado de los primeros cuatro meses, este último rubro lidera el crecimiento con un 19,8%. Esto muestra que el consumo se mantuvo, especialmente en bienes esenciales.
Como respuesta a las dificultades, los comerciantes adoptaron estrategias para sostener la actividad. La diversificación de productos y la reducción de gastos operativos fueron las principales medidas implementadas. En ese sentido, el 86,7% de los empresarios encuestados consideró que una reducción impositiva sería clave para aliviar la situación y reactivar la demanda.
El sondeo también arrojó que, más allá de la coyuntura desfavorable, existe una mirada positiva hacia lo que viene. Un 56,7% de los encuestados expresó que espera una mejora en la economía de su empresa durante el próximo año. Los rubros con mayor optimismo fueron Textil e indumentaria (63,2%) y Farmacia (58,2%).
La necesidad de políticas públicas orientadas al fortalecimiento del consumo interno vuelve a instalarse como prioridad para el sector. Si bien algunas categorías se vieron favorecidas por movimientos estacionales, la mayoría de los comercios consideró que el contexto general sigue siendo incierto y difícil de sostener sin medidas concretas de apoyo.
Desde la CAME, insistieron en que la reducción de la carga fiscal debe ser una prioridad del Gobierno, junto con incentivos para fomentar la demanda. Esta combinación permitiría aliviar la presión sobre las pymes, que vienen mostrando esfuerzos sostenidos para mantener sus niveles de actividad, a pesar de las condiciones adversas.
En lo inmediato, el desafío es revertir la caída mensual y sostener el crecimiento interanual en un contexto económico aún inestable. El consumo todavía muestra señales de debilidad y los márgenes continúan comprimidos. En este sentido, los próximos meses serán clave para confirmar si la recuperación del sector puede consolidarse o si será necesario un mayor impulso desde el Estado para sostenerla.